viernes, 12 de junio de 2009

MINICUENTOS


El árabe hambriento

Juan Eugenio Hartzembuch

Perdido en un desiertoun árabe infeliz, ya medio muerto,de sed, hambre y fatiga,se encontró un envoltorio de vejiga.Lo levantó, le sorprendió el sonido,y dijo de placer estremecido:-Ostras deben de ser. -Mas al verterlas,-¡ay!, exclamó, son perlas.En ciertas ocasionesno le valen al rico sus millones.

EL COJO Y EL CIEGO

Cuenta una fábula china que hace muchos años un país fue invadido por el enemigo. Muchas personas, atemorizadas, huyeron para salvar la vida o no caer prisionero. Cuando un cojo le informó a un ciego sobre el gran peligro que les acechaba, éste se cargó el cojo a las espaldas y escaparon juntos.

EL PADRE Y SUS DOS HIJAS

Un padre tenía dos hijas. Una casó con un hortelano y la otra con un fabricante de ladrillos. Al cabo de un tiempo fue a visitar a la casada con el hortelano, y le preguntó sobre su situación. Ella dijo:
-Todo está de maravilla conmigo, pero sí tengo un deseo especial: que llueva todos los días con abundancia para que así las plantas tengan siempre suficiente agua.
Pocos días después visitó a su otra hija, también preguntándole sobre su estado. Y ella le dijo:
-No tengo quejas, solamente un deseo especial: que los días se mantengan secos, sin lluvia, con sol brillante, para que así los ladrillos sequen y endurezcan muy bien.
El padre meditó: si una desea lluvia, y la otra tiempo seco, ¿a cual de las dos le adjunto mis deseos?

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Avilés Fabila


Oriundo de Hamelin, soy flautista y alquilo mis servicios: puedo sacar las ratas de una ciudad o, si se prefiere, a los niños de un país sobrepoblado.

LA ZORRA
Gibrán Jalil Gibrán


Una zorra miró su sombra al amanecer y se dijo:
-Hoy me comeré un camello.
Y pasó toda la mañana buscando camellos. Pero al mediodía volvió a mirar su sombra y se dijo:
-Bueno..., creo que me conformaré con un ratón.

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