Pequeño mío
Triunfo Arciniegas
Al afeitarse esa mañana descubrió que tenía cara de gato: se erizó. La espantoza imagen lo persiguió durante el día, en cada pausa del trabajo: los ojos claros de dilatadas pupilas, los bigotes enhiestos, las orejas puntiagudas y su grito, su propio grito, que le descubrió un par de pequeños y finos colmillos. En la noche, sobre el cuerpo jadeante de la mujer, maulló: tuvo sueños orribles con ratas y perros y otras bestias. Al despertar, se deslizó entre las sábanas, lamió los tobillos blancos y dulces y luego, perezoso, mientras los dedos de sangrientas uñas le recorrían el lomo, vebió la leche que la mujer le trajo en el platito.
Triunfo Arciniegas. “Pequeño mío”. Tomado de Cuentos breves latinoamericanos. Bogotá: Norma (coedición latinoamericana): 1998.Comentario nuevo
domingo, 2 de agosto de 2009
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